Y aunque los ingenios más capaces estudien esta cuestión cuanto les plazca, no creo que puedan dar razón alguna que sea suficiente para disipar esta duda, si no presuponen la existencia de Dios. Pues, en primer lugar, incluso lo que anteriormente he considerado como una regla ( a saber: que lo concebido clara y distintamente es verdadero) sólo es seguro si Dios existe, es un ser perfecto y todo lo que hay en nosotros procede de Él. De donde se sigue que nuestras ideas o nociones, siendo seres reales, que provienen de Dios, en todo aquello en lo que son claras y distintas, no pueden ser sino verdaderas.
R. Descartes, Discurso del Método, IV.
Carlota Patullé Casals
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